La pérdida de habitualidad en las personas, durante las cuarentenas genera estrés. Así lo planteó el Dr. Waldo Cerpa, subdirector del Centro de Excelencia en Biomedicina de Magallanes, CEBIMA, en una entrevista con Radio Meridional de Punta Arenas, emitida a través de Facebool Live, al referirse al impacto de los confinamientos en el cerebro, en el contexto de las medidas tomadas por la autoridad para hacer frente a la pandemia del coronavirus SAR-COV-2 y frnar su propagación en el territorio nacional..

En la oportunidad, Cerpa manifestó que el confinamiento hay que verlo desde dos perspectivas principales. En general, cuando las personas están en cuarentena, pierden las interacciones sociales y se generan dos fenómenos que son interesantes. Uno, tiene que ver con la pérdida de la temporalidad de lo que ocurre, al perder los hitos que marcan cuál es el tiempo que estamos viviendo (la rutina diaria). Y el segundo elemento tiene que ver con la generación de estrés, dado por la falta de interacción con otras personas.

«Este elemento del tiempo nos lleva a sentirnos un poco perdidos, pero no afecta de manera tan dramática nuestro quehacer diario. Sin embargo, las personas cuando de alguna manera empiezan a perder la comunicación, ya sea con el vecino, con la persona donde vamos a comprar el diario o el pan todos los días, esa interacción que parece tan básica y tan simple, está muy arraigada en la forma en que funciona nuestro cerebro, que está acostumbrado a comunicarse, está acostumbrado a recibir comunicación, está a costumbrado a dar comunicación. Y esos elementos son básicamente la forma en que se alimentan nuestros cerebros, que son estos inputs sensoriales. En el momento en que esto se pierde, nuestro se empieza a sentir un poco perdido y esa pérdida de habitualidad genera estrés«.

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