Etapas del alzheimer

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia afecta a cada persona de manera diferente, dependiendo del impacto de la enfermedad y de la personalidad del sujeto antes de empezar a padecerla. Los signos y síntomas relacionados con la demencia se pueden entender en tres etapas.

Etapa temprana: a menudo pasa desapercibida, ya que el inicio es paulatino. Los síntomas más comunes incluyen:

  • tendencia al olvido;
  • pérdida de la noción del tiempo;
  • desubicación espacial, incluso en lugares conocidos.

Etapa intermedia: a medida que la demencia evoluciona hacia la etapa intermedia, los signos y síntomas se vuelven más evidentes y más limitantes. En esta etapa las personas afectadas:

  • empiezan a olvidar acontecimientos recientes, así como los nombres de las personas;
  • se encuentran desubicadas en su propio hogar;
  • tienen cada vez más dificultades para comunicarse;
  • empiezan a necesitar ayuda con el aseo y cuidado personal;
  • sufren cambios de comportamiento, por ejemplo, dan vueltas por la casa o repiten las mismas preguntas.

Etapa tardía: en la última etapa de la enfermedad, la dependencia y la inactividad son casi totales. Las alteraciones de la memoria son graves y los síntomas y signos físicos se hacen más evidentes. Los síntomas incluyen:

  • una creciente desubicación en el tiempo y en el espacio;
  • dificultades para reconocer a familiares y amigos;
  • una necesidad cada vez mayor de ayuda para el cuidado personal;
  • dificultades para caminar;
  • alteraciones del comportamiento que pueden exacerbarse y desembocar en agresiones.

Etapas clínicas

En la evolución de la enfermedad se pueden distinguir tres etapas clínicas, según la Corporación Alzheimer:

  1. Etapa hipocámpica, con defectos de memoria y juicio o capacidad ejecutiva (Podría decirse que la primera etapa es el DCL, o incluso que existen etapas preclínicas en sujetos normales cuya autopsia demuestra la patología propia de la EA. Todavía se pide que exista una demencia para diagnosticar una EA, pero esto podría cambiar en el futuro.). Puede asociarse a depresión; es menos frecuente una psicosis con delirio lúcido.
  2. Etapa parieto-témporo-occipital (pero también prefrontal), con demencia severa, trastornos del lenguaje y otros defectos. Son frecuentes los cuadros psicóticos, los trastornos emocionales, la desorganización del ciclo sueño-vigilia. La carga física y emocional puede llevar al rechazo o internación del paciente. Al progresar se agregan alteraciones de la marcha y pérdida del control de esfínteres.
  3. Etapa de daño global, con postración, rigidez, pérdida del lenguaje, disfagia. Puede durar meses o años, hasta que una complicación termina con la vida del paciente.