Cómo la intervención en procesos neuronales puede afectar de manera positiva a un corazón afectado con una patología, investiga el Laboratorio de Control Cardiorrespiratorio del Centro Envejecimiento y Regeneración de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Centro UC CARE Chile, que dirige el Dr. Rodrigo Del Río.

El investigador plantea que “si tú manipulas estas neuronas y las inhibes en su proceso de activación, ese corazón patológico funciona mejor, y eso impactaría no solamente en la calidad de vida del paciente, sino que también podría impactar en el futuro, en la tasa de mortalidad”. El Dr. Del Río resalta que la regulación del cómo funciona el corazón tiene que ver netamente con la actividad de neuronas, que se alojan en una zona específica del cerebro.

El también académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile manifiesta que, por este motivo, junto a su equipo, están en la búsqueda de nuevas herramientas, como fitofármacos, orientados a modificar la actividad de estas neuronas para poder mejorar el funcionamiento del corazón.

Siguiendo con la relación corazón-cerebro, pero en otra línea investigativa, se encuentra el estudio del déficit de memoria y aprendizaje vinculado a los pacientes con insuficiencia cardiaca, que es la patología de más alta prevalencia dentro de las cardiovasculares en la población que envejece (afecta a la gente cuando ya está en una edad avanzada, sobre los 65 años), y que actualmente no tiene cura.

“A lo único que puede acceder un paciente es a un trasplante de corazón en la etapa muy tardía de la enfermedad. Entonces ese es nuestro aporte, hoy día conceptual, a mejorar la calidad de vida de las personas”.

Si bien se podría apuntar a que la falta de perfusión de sangre al cerebro es la causante de estos fallos cognitivos, para el laboratorio las evidencias señalan algo diferente.

“Tiene que haber otra ruta, y ahí es donde nosotros creemos que nuevamente podemos explicar este proceso en base a circuitos neuronales, que están todos interactuando, (…) y que pueden influir en cómo estas neuronas del hipocampo están manejando la información”, explica el Dr. Del Río.

Este estudio, actualmente en curso, busca determinar por medio de la activación especifica con luz de ciertos grupos neuronales an modelos pre-clínicos en animales, si se presenta pérdida de memoria durante la progresión de la patología cardiaca, descartando otros factores como la deposición de placas o casos de proteína tau mal plegada.

Laboratorio en CEBIMA

El profesional y su equipo crearán un nuevo laboratorio en las instalaciones del Centro de Excelencia en Biomedicina de Magallanes (CEBIMA), donde el estudio se desarrollará no sólo en modelos pre-clínicos sino también en humanos, con foco en patologías cardiovasculares en niños y adultos, como la hipertensión arterial y los posibles riesgos de sufrir accidentes cerebrovasculares.

Ya han trabajado durante algunos años observando cómo la parálisis e hipertonía en las extremidades inferiores en niños lleva al deterioro del corazón, todo lo anterior debido a una serie de mecanismos neuronales de retroalimentación de señales biológicas que están constantemente siendo integradas por el cerebro.

“Cuando nace CEBIMA y hablo con el profesor Nibaldo Inestrosa (director del CEBIMA) en su minuto, él se ve sumamente interesado en lo que nosotros estábamos haciendo. (…) Nosotros vamos a aportar con recursos y con capital humano de mi laboratorio y proyectos actuales, para formar una línea de investigación sólida relacionada a profundizar en los mecanismos que subyacen al desarrollo de alteraciones cardiorrespiratorias en modelos patológicos y vamos a desarrollar parte de estos estudios de fisiología y fisiopatología en humanos”, detalla el Dr. Del Río.

En palabras del investigador, algunas de las ventajas de establecer un centro de investigación en Punta Arenas, son sus cualidades medioambientales, relacionadas a la flora autóctona de la zona austral. “Esas plantas tienen un potencial que una planta que se desarrolla en el ambiente de la zona central donde tiene agua, donde no hay viento, con temperatura promedio de un valle, probablemente no desarrolla”, explica y destaca la potencialidad de estas plantas en ofrecer nuevas herramientas terapeúticas para el tratamiento de diversas enfermedades, incluso con una posible investigación antropológica de la medicina natural indígena.